viernes, 5 de noviembre de 2010

UNA EDUCACIÓN INTERCULTURAL SE CONSTITUYE EN UNA HERRAMIENTA PARA LA FORMACIÓN EN VALORES

“Sólo aprendiendo lo ajeno enriqueceré más lo propio”. Ésta sería la frase apropiada, que aun siendo paradójica, contiene un gran sentido si coincidimos en que al aprender una lengua no sólo aprendemos cultura, sino que preservamos mucho más la propia.
En esta época globalizada , sí, ésta, la del computador moderno, la telefonía móvil más avanzada, la de las redes sociales mundiales, la del estrepitoso avance temporal y espacial, donde la preocupación y la mucha información corre , ataca , abruma y agota, aun existen cosas que nunca podremos cambiar u olvidar. Me refiero a nuestra historia, nacionalidad, creencias, conocimientos, comida e incluso olores propios de nuestra tierra, que están cobijados en los más hondos e inalienables recuerdos de cada uno.
 “Puedes olvidar el lugar donde estás actualmente, pero nunca podrás olvidar de dónde saliste”. Sin duda alguna, esta incisiva frase logra orientarnos en lo que hoy llamamos: “Educación Intercultural”, siendo ésta la más apropiada manera de crear valores y principios de una nueva cultura y más puntualmente de una lengua nueva en aprendizaje.  De una manera colateral, ésta misma educación genera celo, pasión y gusto por la cultura propia. Es una herramienta eficaz no sólo para aprender lo que viene con una lengua desconocida, sino para impulsar la auto motivación de lo que se tiene.
Valorar de manera crítica la identidad propia, contribuye al mejoramiento de la adaptación mental, sensitiva y cognoscitiva de una nueva lengua en proceso de aprendizaje, afirmando que no se reemplaza lo obtenido previamente, sino que se fortalece.
El aprendizaje simultáneo de diversas lenguas no perturba los demás aprendizajes sino que los favorece. Ésta es otra de las ventajas que genera una educación intercultural, pues manifiesta una calidad educativa fuerte, un beneficio socio político que exige una mentalidad llena de ideas y útiles conceptos para generar un pensamiento más crítico y mordaz de lo que rodea a cada individuo.
Crear valores, manifestar principios y generar respeto por los logros y el aprendizaje, contribuye sin duda alguna, a una formación íntegra, integral e integrada. Ésta, manifiesta un cambio evidente en la cultura, no sólo de un estudiante o ente educativo,  sino de una sociedad, comprendiendo que  si aprendo una lengua, aprendo mucho más de lo que ella me ofrece.
Puntualizando lo expuesto, es fácil y vital reconocer que la Educación Intercultural permite entender la manera de pensar, actuar, ser y sentir de los hablantes de otra lengua, para finalmente aprender a aprovechar mis propios recursos.